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Full text of "Biología y feminismo"

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Pao A O 





(OB RAS) AS 00 
NS, a | 

INEA 

E | l Ra | 

| 

¡ 


| LIO lara (Pohaa. en PEO di IN il 





¡Ada OCA 90 Jauaiutaio, (Y fra) porfin 
| EG ADO (Tomo de vayis Lscuvioz). 
Ll rd ca espirtool Ml rro pa 200 y LAMALAA AO 8 


NE aaa /303- (Encuodiraado com Mochis), | 
Biologia y fnmivisiro, por frigorio Alaro | 
ARA 
Les elror Ador por «ros olores — (Lifiraiod” | 
| he zegoz, eu wi Ailvopotoielagia [UL cof, 

¿a Fern mo 2 loa AU Kecortz). | 


















Biología y  feraínismo - 


ñ fenferencia leída por el doctor 
MEraibr: ena Sociedad Económica: 
“Sevillana de Amigos del País eli9 de 
"cbrero de 1920.) 

ri y Señores: 

. Sea mis PULMeTaSs palabras de gra- 
Poe la Junta diregtiva de esta So-| 
| ciedad por el honor que mehnce al] 
incinirme á mí, Inodesto  túcnico, al. 
ado: de tas Ahastres personalidades en 
AFRAOS de 2ipucar Esti: conté ren 
128. : 

, Gracias 1 2anbjén al pú “co que me | 
ento con su presencia, Y Gor Jr adelan- | 


















to: La ciendo | cen 1 
pS más firmes  conviccio 
Y uo coloca gfan parte dela cul 
08 0 ANS injusta que elsexzo: 
ciro acnpa eh Ta. sociedad/ a 
«ol entandida veladura de cue 
que sélo cuando se tratan car 
La adquieren su máximo valor 
Yo no soy un orador ni un liter: 












A a nn 


[Nos aetir laS cosas en. torna. qe po] 
brezogn lo contrario de mi pensamien- | 
Í Lo. $ Soy, tan sólo, un biólogo, y en| 


Hiolosa no hay más que una verdad, | | 


y ésto, sitenpre es honrada y pueda! 


| nddn da las - caracteristicas biológicas | 
el! 


¡del país donde se va á aplicar. 
No es ninguna rpovedad enfocar 

problema, feminista en su aspecto bio-, 

lógico, en las raíces quele atan 610 | 


| 

y 
a presentarse sin velos. Y P 
| Necesito algunas palabras para jus- |, Íntimo de ta naturaleza del sexo. en 

[íficar el tema de esta conferencia. | fo, en general estas contribucionest- 
- [Que el ieminismo es un asunto del in-1 | S0R escasas, y. sobre todo, E apaca 

Emediata aciunlidad, está en el ánimo |Sionadas. Seguramente PRGUA ONE 
|de todos, Venía siéndolo desde hace | | do muchos en'el libro 
algunos años, cada yez con mayor re-¡ ¡evado y traád > por, femunas 

Jievey apasionamiento; y lo gnerra] feministas, en el a ao 

| europea, al Plantear el. rondas de j ro: 

Ha utilización forzosa, de la mujer en 
| trabajos hasta entonces reservados to- 1 
- [tal 6 casi totalmente al hombre, ha, 
- | dado un súbito y enérgico impulso «1] 

| movimiento feminista en las naciones 

beligerantes, y, de rechazo, en las] 
neutrales. Las Asociaciones sufragis- | 
— | tas han logrado, al calor de la guerra, 
Vobjetivos que en los ac 
dee les negaban Obst 
mismo ha ocurrido con las edspiracio- | 
- | ¡nes económicas de la mujer; los gru- | 

: posy organizaciones feministas de | 
- |[pfodo_el mundo se agitan de nuevo, con:| 

| las huestes más compacta: nes 

y con laíe que dael haber Ada 
¡ya parte de la batalla. de 
¿Sólo una síntesis informativa. im- 
porcial, do cuanto se ha dicho aa 
“mento sobre el feminisino, y un análi- 
—W sis de sus aspectos ya planteados en] 
lla práctica, justificaría el distraer un 
| (rato la atención de un auditorio como | 
que me here el honor de escuchar- 
| me. Pero mi objeto es otro, El feminis- | 
ca en nuestro país, eNtodavía DES 
inorgánico, amorfo, embrionario. 
existe una acción ' ados E0 


fer; pero pre senta, | 
icon tan Eablosa parch aaa que, sin) 
| L pientras a 


Yo creo que el aspecto biol 
Hernimi ismo no puede plantea: 
tiendo, coma Mi : 


ento Ae | 
Lo a haz e dia es lo si. 
aa a ZO que pueblan la 
nte distins] 
ien; las 
la. slán. 'Ñ 
: de 10m) y 


l.de los españoles es reparad 
recibir la reforma. Se corre e 
que en estos tiempos de 
andar de las Sociedade Ss no 1 
» eñdería) de que las aspiraciones pe | 
¡muestras leministas alcancen estado |. 
Jegal de un rodó prematnro. Porque | 
bien hay leyes que educan £los/ 
ueblos, hay olras Jayes que exigen | 
ame previa educación en las muche- | 
3 ¡«Tumbres, y de esta última clase son | 
buena parte las que pretende im: 
aufejr ell feminismo. —_ | 
Hay” qué 6 operar uleutenion E el] 
€ ema dados. ¡aspiraciones achiar | 
le laymujer desde un punto de 
lógico; esto es, no como algo | 
invariable. sino como una co: ] 
e, adapiable y viva, distinta ' 


| rencias tan Morada. “que “normalménte : 
atraen irresistiblemente 4 los dos se] 
:x08; patera hocar, En nunca.| 


| “contrario, se Polonia más allá en 


| la esfera pao 1d ps pe di y el A 
| o tulita y de la os 
¡He aquí el nudo del problema.' He 


| 
“tas dos glándulas, la. nena y laj 
A, ti tan di int más ls | 


pl 


' polos en que se apoya 48 eje en torno || ¿ 
del cual está girando la humanidad | 
desde sus comienzos hasta que des. | 


| aparezca del cosmos, ¿hasta dónde 1 
extienden su influencia, respectiva? Ena 

















“la vida vegetativa de los'serea Uma] "só de los materiales autriivos; es tar 
NOS hay. al lado de los sectores se Do  tabólico, según la. acertada presión | 
rados por el abismo del sexo, otros i0-1 de Geddes y Thompson; el de la hem. 
Ñ diferenciables, comunes, Como la di: bra tiende 4 la síntesis, 4 la reserva; 
gestión, la respiración, la circulación, es anabólico; el primero, es derr AShÉs 
¡que en nada ó sólo en pequeños deta- | ej segundo, ecenomía. AE 
(les se distingnen en un hombre y en] . E a O o pe 
una mujer normales. En la vida afec-]' E e ENE pe 0 Y ee 2 ia N 
¡tiva y en la vida intelectual, en la ac-|] hondo de la vida del orgamísmio, Una 
tividad social de hombres y mujeres | [Wiferencia que nos enseña, con la Í 
exactítud demostrativa de la tísi: 
química, cuáles son los Caninos 
| psesciós que para cada sexo ha tar! 
























rado el Destino, El hombre tiene cons-j! 
tfuídá su economía para el des atte; | 
“es decir, para la lucha en el arpidente í 
externo, La mujer está hecha para eN 
ahorro. de la energía, para concentrat”! | 
la en sí, no. para dispersadia en tor] 
no; como que en su seno se ha de f0l-] 
«mar el hijo que prolongue su Vida 
de su seno ha de brotar el alimen 
,; delos primeros tiempos del. DUSvo | 
Claro es que esta diferencia fundar * 
| mental en la íntima nutrición de cadad 
sexo depende rectamente «1el órgano y 
característico del mismo; esto es delq 
toyario de la mujer y Gel testículo en 
el hombre, giéndulas ampes que por f 
lintermedio de productos que vierien 
len la sangre-—las ya tan vulgariza- * 
























































y en anima! 
macho de la hembra. Los naturalistas | 
| y biólogos afinaron después las dife- | 12 
| rencies que 4 la afectividad imprime || das secreciopes internas—actúan, end 
| «cir, el distinto modo de [!colaboración con otras glándulas de | 
y - | |la-misma categoría, pero siermpro ba: 
males el alma de jo la dirección de las sexuales, sabre] 
la nutrición del orgaúismo, regulán- |] 
or. [dola, imprimiéndola mayor Ó menor | 
fare lintensidad y haciendo así que predo- | 


emo. de la 
4 


| 
















































2 





0 2 













| Pero no se redu 
| rencias que el sexo 1 
| tpraleza humana. 





 Faec 


[que 


E externa y la actividad vegetativa, 
sino tembisi la elaboración mentall 
3 | ¡de cada hombre y de eada mujer están | 
[nombre genera ee : directamente influenciadas por sus | 
[gánico». El a A lo es ínti- 1 respéctivas glándulas sexuales, 
mo de la química del sér vivo»es, DOY y IES ES 
| lo tanto, perfectemente distinto en ca- 07 los tiempos en quese discutia | 
da sexo. Blair Bell, en un sugestivo (|. el espírita es independiente ó no úe| 
“libro, insiste roucho. en estos buchos CON la, la ánterior conclusión hu- 
—|tam decisiva, que tienen para la com-f,. A e reposo úe los | 
- | prensión del feminismo aciual. El me- foo so ,2dquiridos por la Biología. | 
- Habodismo del varón tiende á da. trans-[.. GE 




























o 





























cia j cla q AIN 
: ei 240 “al gasto dispendio- 12 2 Hivulgación demosiraciones | 
tommación TApIdo, 28202: mr = Icientíficas (por lo demás bastante en- | 





- 


a entre 
» el que, ra. más A: del | 


«muscular, la IOayor el 
vaso lora y la 10-| 

X ie ad de la célu-] 
os tan. ei 

que de ellos : depende, 4 y 
mujer. £232% COMO tipo! 

ta en sus mOvi OS AE 


do en ll 
1 fuencia. do éste traza un 
írculo, y que dentro de ese. 


ula se a todas las activida: Al 


e.6 dela rmmujer; la 
a: da ¡influencia 

len; .asi.corao en lo me 
tinguimos los caracteres 
n «primarios». y «Ssecunda- 
también, en' do funcional, 


demos dividir las: actividades da | > ' 


sn 


todo el conjunto PS 
ciales, a po 


| SA 
Ñ nds Y complica % 
| per. traer cada día el 


| para. la Hembra 5 para la ¿ prole, bus- 


A tc ci 


do cada! | 


stento preciso | 


ala feroces; debe e ia | 

en fin, de las inclemencias del' 
“ambiente. Todo ello requiere tiempo, | 
| destroza, resistencia» construcción y 


odos de actividad, en suma, aparen- | 
pigmento, extrasexuales, pero. que, en| 
realidad, e icnid estrictamento 58 

' j 


SS niño Mo que empieza. d valerse | 
, qe eE AOS va-| 


jores de. 

| «pacio. para el cl t 
funciones AX ales secundarias, | 
E se pe se enano interno Aa 


ak creacio 


| ARES 


- COMO e rosana | 
os de atraer al varón, | 
e rada de todo el pro | 
e ed eo A | 
ón de las as actividades Í 
"a en E pare ja humana pri- | 
|jmitiva no obedece, pues, en modo.al:. 
guno ¿esa irritante desigualdad im- | 
[qua por el. hombre, que constante- | 
mente invocan las feministas. Es que | 
bad ls ba marcado ya, fatal- 
to. Ja existencia de esa desigual | 
- Y es inútil tratar de equiparar | 
vidades de los dos organismos, 
dos con arreglo 4 un plan 

nal diametralmente pd uni 


OS , sino ya los actuales.—Ey cierto, 
aros á hablar de éstos. La civili- 





3 4 y Se . * 
y ESA 
. An 


zación actual Ha: TAMBO POr Cóm 


pleto: las condiciones de la vida dela | 


t Humanidad. Un. abismo. 
pata al actual bombre de ciencia, que: 
Finclina la frente dilatada sobre el mi: 
y croscopio, del fiero varón de la edad 
paleolítica, que, según nos describe 
Obermeyer, acechaba» agazapado en- 
ltre Jos arbustos. avizor el ojo pene- 
ltrante, la caída de un elefante 6 un 
penieO De 


k rar también á la, Im 
«hemb 


Bara £ ás. d Pm 


de tantas complicaciones en AE vida] 


| 


| 
| 
1 
sus 
1 la labor manual del, picapedrero hast 


11190 profundidad del > | 


E líñe 
B od LS y consciente e sus de | científico, 


j feliz—1e il 


fígica y espiritual de la especie huma- || 


Na» oa 


tratar de. los problemas n: E 
Ahora, como en los: “albores de a vda 
humana, no es posible la igualdad ab-| 
soluta del los pas GA porque su 05- 


mv li q primitiva 1 
! ena | vacilaremos en contestar que s 


les piimarias. ed CALDAS de. sl E 


¿aciuación; toda esá, serie de episodios, ! 
Nestrofas de un largo y admirable poe 
| Bd Ai con las más 

puras s más ho 

res, que se encierra. en un nombre | 
| maravilloso: «la maternidad». Nuestra 
l'mujer, como la pa 
t | para ser madre, y debe serlo, por en- 

| cima de todo. Y la mujer que esma- | 
láre: y que lo es plenamente, y, sobre 

todo, la que lo. es varias veces, no de- | 

¡be tener aRoOr 2 'suponiéndola do- | 

dedicarse L dctuvidades “sociales exi 

'trañas all hogar. 

En cuanto al homhr 
los; la función sexu: 


pe 
2 


SS 
| seguir. siendo. incidental. Cuando no | 


ocurra, así, cuando hace del culto de 
la amújer el objeto principal de su vÍ- 
ada. esto: ene Jo psicología: 
; del «henorion,. y ya ho: és. un aa 
perfecto en. el sentida de a masculi* 
nidad, Se day buses; da paradoja: de' 
SET ed E 10rloy Sea . 
la: sutragista | 
MÉña. El campo 
SaxtL 


( e A si-] 


, | 


I 


ondos dolo- || 


Jeolítica, está hecha || 


| 
| 


' 


aun anterior á la hum 


inmenso. se- | Pse: 


rudas. aventuras venat 
o hombre: paleolítico, 

xaí, no tiene duda, como 
e Weinihg8a y - Vietohnilio 
apuntaron, el sentido 's fal de 1% 
tividad social del homb en Ñ 
grados y manifestaciones; 488 


Y esta afirmación 1OS. eva, al plan] 


ll tzariento escueto del problema si] 
4 | guiente, que es el nudo de la cuestión | 
í feminista :, siendo las «actividades 
1 ciales. (manuales, administrativas, p p 
| líticas, científicas, artísticas, etc.) fu: 
ciones sexnales masculinas, ¿estarán | 
desde el punto de vista. biológico, 15] | 
e ree 


ra, ten la práctica, en la regla general | 
caben Numerosas excepciones, que. ] 
mos indicando. 
Pero insistamos amtes en la afrnia- 
ción de que la mayor parte de esas: 


E: 


padvefsas actividades sociales. pea 


orden 38 as hay un. 

de observación del más alto val 

es el siguiente: el éxito social 

| hombre un motivo de vigorosa ; 

¡ción sexual respecto 4 la mujer. e 

la mujer, respecto al hombre. ' ES 
El triunfar, en la vida en cuniguto 


el Ntra el Hi6S poderoso y a no 
resorte para ganar el corazón feme 

no, A esta razón, puramente - 

bobedece el fersor que infunde al. Bol 
bre que lucha la*presencia de la mujer] 
llamada, sentimiento tantas Veces ex- 
)plotado por escritores y artistas, tan 
¡antiguo como la misma bumianidad Ea 
¿“puestof y 
que también se observa en el reino] 
animal. Helo, aquí, para escoger un 
ejemplo remoto, maravillosamente ex | 
a presado por el cantor ena del / 
En «Mio Cid», po pinta 2] 
dor próximo á entrar en batalla con-| 


i tra el rey de MarKi 


tación porque por vez: primiera su mu | 


“der, ds1ide lo alto del Alcázar de: Va] 


pa va 4 verle, luchar: e 


Non a ados paros ARO beros 6 sine | 
SS a vóndes Mio 


¡ue me 





| rssaáós por Ta natural 
| mujer á de vida del hogar. 


El valor, la decisión: : 


Ma presencia de la, mujer imfunde, res- || 


.ponde al sentimiento, netamente se- | 
“xual. de que la victoria le hará ser | 
preferido entre los otros hombres ó| 
o E cari 2 : 


l 


Ñ [apartamiento para el hombre qu 
Peate de su. inclinación - AMOTOSA.. 
¡puede compararse la atraceió 


peje Le 
una novelista, ó de una 
l o Ó 


Jl la lsqpero basta leer su cora 


lbre todo las revelaciones, o | 
e. realidad, de su correspondencia, ' 


¡para darse cuenta de que set 
ide afecciones - puramente E 
ten las que apenas intervenía; 

| unica normal de 9 q 


18 
5 Veces se acentúan, Como pasa 
A Sos. bailes, modos de sugestión di 
¡rectamente sexuales. Por todo ello, al: 
¡éxito artístico. acompaña en esas mu- . 
| jares el de la atracción apasionada é 


'Ñ | ¡nnumerable de los espectadores ma 
- | eujinos, Y el fondo de esta atracción 


sexual que hay en estas manifestacio- | | 


nes artísticas de la pa lo demues- 
ra el ao ea 


1 
A 


| 


“OCA 10 


Otras varias razones, ya más cono: | 
| idas, A nd en ALOYOS a la! 


e ucacióó que e al hombre,.: 

¡A adomás á las más inteligéh. 
es de la preocupación y el cuidade 

«de la prole y... entonces hablaremos.» 
Tal vez suipongáis, que estas pala. | 

bras. son de úna sutraciota exaltada. | 

: h 





(das 


¡de las fudicionés intelectus í 


una ifférioridad de su ena” ner- 
vioso (en el cuál yo no creo); es sim- 
plemente SU Sexo, 
mente marca y marcará sier 
TUMBAS gr Telivido es. 
sedispenso dl 
“Sentes; «de lá 
¡do de la pr 
Fnrás inteligentes; a 
|serlo, si son mujere 
| laceptanán esa dispensa; 


pra otros 


ente, 20%: 
rmales; O 


del pueblo, de eS mua 


"cultura que 
¡el víaje; en. la conversación, en MW] 
linen las revistas y: sa de Pate 1 


que indefectible- p hs 


es de los be E- 1 
os de los cam; delas ciudades. | 

Éstas muje res tienen su único y] 
l efímero momento de triunfo y doili: | 


sión cuando dam sus primeros pasos | 


ES | [por el camino. dé la A Enton- | 
o cambiarán | | : 


¡por todo-el rendimiento de gloria que ño: 
dan al ejercicio: social del intelecto, | [2 


la pura y escondida alegría de ser |] 
madres por entero, sin restar un se- 


«gundo al vulgar pero inetable «cúlda: Mo 


do de la Prole».- 

Lá mujer, por consiguiente, - “en 
-puestros tiempos, como en Jos anti-. 
Aguas, tiene y tendrá siempre, como 
«misión fundamental, el ejercicio:de 


plas: funciones sexuales primarias que 


constituyen Ta maternidad. ¡Las leyes] 
biológicas son invariables; están bowÍ 
enctma de toda discusión literaria. vi 
filosófica: y estas leyes marcan, cow 
| bamos de enunciar. Pero' no bastat 
bdecirs' «la mujer debe ser máditn. | 
| Tiene que serlo bien. 
| Ser madre es algo mucho 338 cómo 
|plejo que formar hijos en sil seño y] 
Pp $rios 4 luz. Es algo que se extiendo 
muy del acto concepcional, que impli-] 
ca: muchos deberes y muchas cuali-1 
dades; hasta tal punto importantes, 
[que pór sentirios y practicarlós esti | 
amor maternal, hay Mujeres que,' 
siendo vírgeñes, pueden ostentar. el 
título de madres con más legítima rá: 
zón que muchas multíparas. 

f yo digo que la casi totalidad de 
llas mujeres—y hablo ya  principal- 


' 


idad, y la practican luego, henchidas | 
del más : puro y entrañable instinto 
materno, pero en un grado insólito de 
¡incultura, cuyas - consecuencias só 
jechan de ver bien pronto en la mez- 
¡quindad de los frutos logrados. Y esto 
es cierto, hasta el punto de que creo 


que en nuestro país el feminismo nol | 


¡puede pasar adelante en Sus aspira- y 
¡ciones sin poner antes. remedio á este] 
¡ranesy en que amenaza nautrágar la $ 
vitalidad de nuestra raza. 

--No Os hablo de las mujeres de las | 
selases elevadas, aunque * fámbién de] 
elas habría mucho que hablar.» Sino1 


na cultura profunda» tienen, casi siato | 


h; inequívoca certeza, la verdad. que aci. | | 


Ñ 


A 


mente de España—van á la materni- 


pde la tragedia de las que can año 

| 'desaparécen en las € zas del hogar, 

| No me citen los lírico: ejemplos de 

lesta y de la otra. pareja que supo. 

cio: q el falsisismo,: «él | 
surdo r 5 «conti a 

Pbolla». La, realidad. muy ot bro. M6 E 


callos dd un bueblb opel Rodo los de | 
Pnuestras Castillas—ó. “por los subur- | 
bios de las grandes ciudades, donde | 
[viven los obreros, veáis á esas muje- 

'res.que descansan. un niño “en 
rbrazos y varios en' 


0, ó quesoala: 
«nan en los quehaceres. domésticos, cal-4 
culad un RA su A 


MU E que estén PIETER 
| tocadagrlo la manía, tan femenina, de 
“amenguar sus años, yO 0$ aseguro 
f.que sentiréjs muchas Vecás dolor y 
asombro al saber que apenas han part 
endo los treinta años, hay mujeres |- 
consumidas por una vejez prematura, 
que representan cerca de cincuenta. 

Y esto no es una: excepción. Con los | 
del Hospital general de Madrid, adon- |! 
de acuden gentes de toda Sana re- 
potimos muchas veces est 

el mismo resultado, patarelmente no: 
en mujeres e YS, 
vienen aconí 
64 las que padecen afecciones agu-; 
¡des o por-sí solas nO infiuyen en; 
¡el aniquilamiento orgánico. 
¡Pero si 4 estas mujeres que han per- 
| dido todos los encantos de su Sexo, 
v.agotadas, indiferentes y tristes, les 
preguntáis después cuántos hijos han 
tenido, experimentaréis un sentimien- 





$ 


Y 


| de elevada fecundidad, es 
¡ extraordinaria, muy superior ¿4 la de 


Pto ds PAS os PEE que: 
¿han tenido ocho, díez, doce, y con fre» | 
cuencia quince 6 más. He aquí, pen- 
¿saréls, unas madres admirables, que | 
'sin ningún desahogo material en el 
| hogar no'haxrr vacilado en sacrificar 
su juventud a 


den de la sociedad. 


¡ He aquí estas da de nuestra pa- 
¡ tria que dan vna estadística de nata- 

lidad superjor 4 la. de los grandes paí- 
| ses de Europa y América, más civili- 
Corrolmpidos que el 


.zados, pero más 
nuestro. SE 
Mas preguntarles : 

jos viven de los pa dieron 4 luz, y 
os aseguro que vuestro optimismo se 
trocará en terror, porque de esos hi- 
jos, engendrados en. pleno trabajo, 
paridos con tanto dolor, amamanta- 
dos exprimiendo el organismo exhamas- 
to, no quedan ni la mitad, muchas ve- 
ces menos; quizá sólo uno Ó ningu- 
no. No creáis: que éxagero, Voy á 


leeros, una estadística macabra, que 


os lo probará. 

Se refiere 8N mujeres. de todas las 
provincias y ES ispaña, excepto Cata- 
uña, Bale y Canarias. 

Todas estas, mujeres. escogidas al 


¡ azar. periíenecen al proletariado. To- 
j das han terminado ya su ciclo sexual; : 
los datos gue nos: han proporcionado 
son ya, por lo tanto, invariables. Es 
tos datos ños dicen: 
¡Que un 28 por 100 de dichas muje: | 
ros habían tenido más de ocho hijos: ' 
diez, doce ó más; con frecuencia, die- | 
ciséis á diecisiete; en dos casos hasta | 


veinte, Esta. proporción | de mujeres 
realmente. 


los países más cultos de Europa. 


jeres fecundísimas. han múerto. 382. 
¡Pijaos bien: 473 nacimientos y 382 


| española. carnal Lo O ld 
Un 54 por. 100.4 de a MG 


es ahora cuántos hi- 


¡ta el 69 por'100... 


un húme fue pudiéramos MAME 
omar de hijos3 ú 5—Veremos que | | 
la cifra de mortalidad desciende Basa | 
Ved, pues, qué treme ido: pero e 
estéril esfuerza el de nuestras pobres | 
mujeres. ¿Qué dirán ahora ante estas | 
cifras abrumadoras nuestros sociólo- | 
gos entusiastas? El neomaltusianismo | 
más depravado no ha 1 

país que se considere más inmoral ni | 
Aacertarsa. remotamente á: los iris. | 
que produce en nosotros la: tniseria yl 
la i¡snor: ancia. 

Ue aquí, repito, el elec más | 
urgente que, como una herida abier-1 
ta Y Sanorante, se ofrece á4 nuestra 
acción. feminista. Porque su solución: 
depende, claro está, de muchas co-| 
Sas! sobre todo de que las condicio- | 

seriales de los pobres mejoren | 
hasta Parecoria á las de Jos ricos, | 
que logran conservar 4 la prole casi 
incólume y con más dinero; con -«Go- 
tas de Leche, Dispensarios, Aslos, 
Ei se,irán logrando estas aspi- 
aciones. Pero influye también extrar | 
o en el estado. actual | 
de cosas la ignorancia de -mujeres y| 
hombres en laB cuestiones del Sexo, | 
y consecuencia de ella la Sumisión 


moral y material de la mujer frente! 


al problema sexual. Y el Inchar con-: 
tra esto último ha de Ser obra prete- 
rente -de la propaganda feminista. 

El feminismo verdadero dobe pro- 
pagar también frente 4 las campar 


ñas de otros feminismos reprobables : 
¡la necesidad de que la madro crio 


Sus hijos. 4 
Y todavía ha de dedicar la mujer 


muchos días > cuidado de la dea. 
[en estas fases. ideas Beba ser ma- | 
¡| ternal, Pestalozzi 
¡ muertos. Es decir, una natalidad gue | 
¿supera al 80 por: 100. Varios de los | 


[del hombre, en. que; Según Su propia 


inmortalizó. esti 
idea en palabras escritas en aquel. 
momento, el más noble de la vida 


| confesión, «era ya un niño con la 


| Perspicacia, resumía así sus 


 minadas habían bae aa número de | 


| Tigos oscilando « 


po anterior: un 65 por 100. Si de esta, | 
¡serte de mujeres eislamos todavía. el | 


ñ 

| 
| 

ñ 


núcleo de las que han sido. madres de | 


y O, Si de 
elevadísima, es menor que la del gru. | 


cabeza blanca; pero un niño que ha- 
bía sufrido mucho». En este  nvo-. 
mento de “sensibilidad y 
ideas 
Sobre la educación: «Que la primera | 
instrucción .del-niño;- nunca Sea; 
ta de la cabeza, “asunto de la! 
ue Sea. eternamente objeto 
> sentidos, objeto del corazón, 
objeto de la madre», Y pensad en || 
la labor que hay que hacer para| 
que esta sublime verdad pueda. Ser! 





| 


| 


l 


p Gata 


| % 0 


practicada; por tantas y” ES mu- | 


¡Jeres que, por ignorancia, gon Írivo- |. 


lidad % por tener que ganarse el pan; 
¡ fuera del hogar, no llegan 4 


Paro no se detienen aquí, en -es- | 
| tos cuidados directamente materna-' 
les, las obligaciones que impone 4. 
a mujer Su Sexo. Nos referimos 
ahora á la neceseidad de intensificar | 
y difundir la cultura general en la 
mujer. Ya está en el ánimo de todos | 
que pasaron aquellos tiempos en que | 


cum- || 
' i pliria, Fe . | 


contratadog, $. gus 


Ares de la misma EE la due- | 
ñal y con una tibia atracción acogen | 
dei al que los vive 6 los visita. | 
En prado qué fríg9, qué hostiles || 
Sos hogares sanbuosos en los que la, | 
¿iniciativa de la aer no puso mada, | 
bo del nisbisia de. OS 


tra clase media € ue 
Su triste retensio 


la frivolidad y la ignorancia, más 6 | jof j 


¡menos disimaladas con la graciosa | 
¡viveza Propia del espíritu femenino, | 
erán, no sólo admitidas, Sino alaba» | 
das en el bello Sexo. Todavía mo ha. | 
'ce demasiados años y por persona de | 
tan alta jerarquía mental como 
Stendhal, se decía 4 las mujeres que 
«cuanto menos educación, propia- | 
mente dicha, tienen, tanto “1059 va- | 
len ». «Quizá por esto—agregaba—en | | 
Italia y en España son tan Superio- | 
res á los hombres; y diré asimismo, | 
tan a á lis mujeres de. otros 


paises, » 


- Hey. OA ao de la ee! 
AP felicidad futu- 


arte de Su 
pos do de la vida Sexual, depen- | 
fe de que su éritu está, Entivado 
abierto de par en Par mundo | 
dal intelecto. $u belleza física -e5 la | 
otyre al hombre; pero es el gra- | 
liga el modo de su obiritualidad el | 
gue lo retiene. La majer Suele tener | 
—bptitud extrema para. varias srtes y | 
| peupaciones qué no exigen un esfuer-' 
Lo de originalidad intenso. Y men-| 
tionaremos entre ellas, por Su rela-| 
bón con los puntos de vista que veni-! 
mos sosteniendo lo que pudiéramos | 


48 
Ada e 


Sos ganados por - Ponen | 


con freneuencia 4 da n 
; caso, esta majer | 
culta, siempre estará Mones A 
tritualmente para aplicar Sus conori- 1 
mentos, generales ó especializados, á 
una de esas colaboraciones en 
cas del padre, del hermano y 56 
bre todo del eSpOSO, que tan fre 
puentes Son fuera de lpaña y que | 


: con Pe íntima y perdurable comu- || 
¡unidad ligan la yida de dos Seres de 


! distinto Sexo. ¿ll 
l Y fuera del hogar ¿debe trabajar 
la mujer? El criterio biológico, que 
| : Sea nuesira, nOTma, es | 
| resusltamente contrario á que las ma- 

| dres—fijaos bien, les madres—traba= 
¡jen fuera. del hogar. La cabal reali- | 
¡ zación delas. funciones. Para las nue, Ip 
l ogsia.. Hem rs: | 


VDamar el warte decorativo Ea | compati 


ico», tan descuidado entre nosotros, 
Mo refiero al /adarno de la casa, en | 
el que las mujeres de otros pass | 
ponen | tan Solícito 6 inteligente cu- | 
dado. ¡Cuánta importancia tiene en | | 
fa vida del hogar y. en la educación | 
¡Je dos que le habitan, el que la ca- | 
' tenga un carúcter propio, cálido | 
artístico, gue eS perfectamente | | 
kompatible don la modestia y casi con | 
Carácter propio y cálida; 
Porque esos interiores en que cada | | 
e es Sobrio y bello y he sido | 
bbjeto de una, prevoupación del es 
itu e la mujer, parece que están | 


a Pads: se coa. de la maternidad, 2 
(4 tal conduciríen ciertes tendencias 
feministas, 6 se ho de aceptar como; 
¡una necesidad impuesta por las ac 
tuales condiciones económicas de HE 
mudo. Sn e | 
- Sólo mita razón económica, | p 
_6reo vergonzosa Para nuettra civi! pl E Ñ 
ación, Puede :; Tr Sobre las | 

razones biológicas que aconsejan la 

fupreSión del ARO de las madres, 

¿Por eso los Estados y las Asociario- 
¿neS particulares se han ocupado de 








¡ mujer en ell 4 


E 


“emonguar el error, tratando de ayu- 


der 4 las madres trab jad Ji S0- 


bre tado en el trance del ) 
dela lactancia. En varias 0 
los legisladores han regulado el tr : 
¿bajo de la mujer encinta. LaS mis 


as en Tran- | 


de a roles PA: 


nadres, que, Po ria abandona- 
¡ban un momento la labor del taller 
aples el. pesto y volver 


| se en que E eo la Patria, que 


| <ubo de recurrir al esfuerzo de todos 
sus hijos para no perecer. Pero en 
| ¡empo de pag parece que el ideal no 

¿ba ser ese hipócrita bienestar de que 


rodea ú las mujeres para que e. 


abajo injusto ses más productivo 


' ¿D0, que tada madre pueda serlo po: | 


entero, sin verse en la precisión de | 


| 
| abandonar el hogar para alegar el 


| Pan decada día. 


|. Sia embargo, algunos biólogos pre- | 
| tenden, con rázones científicas, justi- l 
| ficar el trabajo de la mujer. Tal, yor | 


ejemplo, To a teoría, se fun- 


ganando por el | 


. a 
¡Fual rospecío del. 
: pondría. el triun 
e mas or ad 


A social Y SES 
su 


eno de justo | 


ción femenina, «en lo que tiene de jus- 


lo y razofble», porque precisamente 
la emancipación económica de la mu- 
Jer—madre--es un hecho que pugna | 


su sustento, logrará | 


ala 

1 e ebramte toda i 
a materna, pueda verse libre] 
de otros cuidados que Jos que Aa ; 
a se Telaalanad: ¡con su ar esclás 


paste el sustanlo de la. ans Todo % 
que no sea estoy. repetimos, supone un 
| estado social. muy lejano de la perfec- 
¡ ción 4 que aspiran todos tos ensucños 
| autópicos, entre. ellos el feminista... 
j  Ciuro es que. esta exencion. del tra- 1 
bajo ajeno al pia se pobre. e sólo va 


pertec ión | 
' térmica y el ¡qe de estes ealario. 


op AE que si las da as | 


'riglesen al mundo sin las trabas que 
+:8 ponen, prejul :10S ó realidades eco- | 
-óMiCas» mor les, religiosas, eíc.. el | 
| numero de las. Mujeres no. madres 
e. amenguaría * extraordinariamente, 
| Jorque amenguaría mucho el número | 
«le las que hoy quedan, contra su vo | 
:'Cntád, solteras. Más todavía queda: 
cía el. ejército de las que, casadas, , 
sonfestérites, y, por fin, de las mis- | 
nas madres en los años que pr uceden 
ala maternidad y en los que la siguen, | 
«uando el ciclo sexual ha terminado | 
y los hijos, ya. crecidos, se ¿Aspersan | 
del hogar. 
Entances el isbajo/de e mujer vo] 
sólo es legítimo, sino necesario. Y en | 
España, entre todos lós países "de | 
¡ suropa, es donde més alto so debe 
detir, Con profunda pena  vemos'to- 
«los tantas y tantas mujeres 4 quienos £] 
al destino no quiso llevar por el cauce 
¡ lo la, maternidad - que consumen sus! 
¡as en una ociosidad absurda, sólo! 


¡Lanimadas por los más frívolos estíma- | 


¡los de la vida de sociedad y por las | 


| prácticas externas. del sentimiento re- |] 


| ligioso. Y esto ocurre . no sólo enlos | 
hogares acomodados, sino en aquellos | 

| | de las últimas capas de la.class me: | 

j lata, en los que el padre trabaja sin | 

|| descanso para sostener la numerosa | 
| familia, dela que tal vez forman | 

! | parte dos, iros 6 rua has en 

fe uchal 


o a car nel : 


Bovar la tragodía de la vulgaridad f 


| 
las póginas inmortales de inadarme 
| del hogar modesto de Francia. Y ved y 





l cómo una escritora SERIE contám- |] 


poránea describe la vida de la mujer 
len los interiores de la close media de | 
París: «Pasa el día en hata en su mez- 


Í quina habitación. matando el tiempo 


como puede, en charlas con las veci- 


| 


pala sugestión, firmeza. de 3 juicio, ini- 
| "cialiva. 1n telsctual rápida, jvroluntad 
l'recia,. y aun ciería dureza Sentimen= 
tal es Ranes incompatible con. 
| E ds o se 4 Iommen- 


nas, en largas observaciones desde la | 


| ventana, detallando las «toilettes» de 


¡los que pasan. por la. calle. Confeccio-./.. 
¡nas para distraerse. «pequeñas labo- 


l res, ques al cabo, Je resulian más ca- ' 
Tras que sí las comprasen en el alras 
l cén. Como esos prisioneros que espían 


Ten su celda durante horas y horas los. 
| movimientos de una araña, el espiri-. 


¡tu de esta pobre mujer se apasiona 

desesperadamente por los. más nimios 
l detalles del hogar.» ¡ Qué exacía pin- 
fura; COMmo hecha por una mujer que 


¡seguramente ha vivido lo que expre- 
sal ¡Y cuántas visiones de nuestro 


medio, de nuestras propias familias 
quiná. nos sugiere su lectura! ER 

Afortunadamente, cada día es entre ; 
nosctros. corno antes decíamos, mayor | 
el "número de muchachas que se pre- 
paran con una sólida. instruechón, no 
¡de la que antes se lNamaba estúpida 
mente de «adorno», sino de . 
¡el día de mañana puede servirles pa- | 
| ra ganarse la vida, 6i desgraciada. | 
pao ia Circuns cias le 'obligasen | 
4 ello. Aun entre las hijas de familias | 
aetibadades y poderosas van .abun- | 


dando las que. estudian Carreras co- | 


merciales Ó científicas. 

Es muy curioso que muchas de estas | 
muchachas que obtienen titulos pro- | 
'fesionales. tras largos años de traba- | 
oso estudio, se , Casan, quizá con un 
compañero de aulas, y al entrar en la-* 
vida matrimonial abandonan el ejer 
cicío y, 4 veces, hasta el recuerdo de 
su carrera. Con toda claridad nos in- 


la que | 


pontes; dales 
tos; Pero: jamás 'v1ó m1 verá el mundo 
una mujer justa. No! Susoribirla yo. 
estas rudas prulabias pero sí decla- 


ro que Ta indi lición: pasional nece- 
ragmento solemne de 


Saria para ely 
administrar la! justicia, me Parece! 
muy difícil de lograr por er espíritu | 
exuberantemente. sentimental de la. 


ger Reciontemente, en Ine laterta, | 


una dama que gema tan alto Tango. 
como mada mue E ha sido nome 
' brada juez de Pero todos 105] 


1 Cie ada 
lenas de talen-. 


4 
A 
N 


¡indicios son de dll: paso de la mu- 
¡Jer Por estos sillones. ¿públicos será ' 

tan. poco relevante conto | | 
e por la ciencia! sl 


tan gris, 
viene Siendo u 
| por el árie mis 

Hay, sin: emba profes 
| que encajan pexk 
merecen, Por ello, in comentario ef 
¡pecial por parto del biólogo. Como 


que £ posar de desenvolverse en púl 


¿bliéo Bu: actuación no son simo la| 


| “prolongación de actividades, fmtima= | 


mente ais 
“maternales, Me 7 7e 

za, do-los vifys sE 

¡109 enfermos 'La enseñ 


2 red 


tica este hecho cómo esa. pratesión p on 


¡beral, que sirvió. para cultivar el es 
síritu de la joven» y- que .la hubiese | 
bastado para vivir independiente: 


mos la ogini 


| dogogo clásica 


lonente, de ser soltera ó de no tener | 


vijos, pasa, con toda su pompa acadé- 
Íonica, 4 un término secundario cuan- | 
Í 10 la mujer adquiere el sencillo título | 


AL Háblan de profeSiones, nos refe- 
rimos 4 todas las ocupaciones co- 
Merciales y mercantiles y al CIsE i- 
clo de varias ocup: C10T : 

; o TO ) 'Da-' 
 TeCe AS imo para la mujer: no Má- 
dro. : En cambio, el ejerticio de los 

cargos públicos que reguieren gran 
| inder endencia de criterio, resistencia | 


le at 


Ñ 


sionos | | 
Minento en la con- | 
¡textura sexual do la mujer y que 


ve libro so- | 


dormirse nin- 


Uta Zo $1 pági- ñ 


: lograrán, pues, 


si oda mais del mismo modo que | 


«debiera criar. E sqs hijos, los pudie- 
se iniciar personalmente en la di | 
cación. Pero hay muchas madres que | 


. 
1 
] 
| 
j 





Es 
per 


DÍ 


- de la esten. 
y ú la madre q - 


y | nicos. 


- mobermal 


" 


Otro tanto puede decirse de la ásisz 


tencia: de loz enfermos. La dulzura 
Bores espreñtl de sacrificio que tan. 
icarocterístico es del alma femenina 


[y del que con: tan poca fortuna. e 


|burlaba Moebius—y además“su habi- 


E | 
3 
yd 


3 


a 12 


l holgada. ceutación 4 innumerabies 1 


l heroicas mu 


¿de la bondad de 


| frecuencia de ) 


lidad y ligereza para las pequeñas 


pass ' 3 : 
tato aportara; perque" para llevar | 
á cabo tan excelsa misión, ni á las] 


¡profesionales les puede faltar na e 

'Píritu acenárado do caridod (y esto es 1 
en último término religión), ni 4 las | 
que van 4 la cabecera del enfermo | 
amor ú Dios les | 


viene mal | 


2 


por puro 
ún buen . 


3 A 
EA 


He aquí limita 


das las zonas de la | 
Jegítima actuación Social de la mujer, | 
con la imprecisión obligada en tado | 
problema biológico, pero con el úni- | 
eo eriterio racional, que es el bioló: | 


espíritu de sacrificio de 1 1 PBIGO: Mas aquí surge una objeción 
espíritu de sacrificio de la mn polente e ESRÍNADdo de pan 


sar. Es indudable que pocas 0. mn- 


chas, ha habido y hay mujeres con 


«reconocida amtitud para todas esas 


actividades que nosotros considera- 
mos extrañas á la fisiología femeni. 


operaciones manuales de la vigilam- na. '¿Por qué privarias de ' ejercer 


jaciénte, la hacen Ú 
nn. 


se La probado esin 


A guerra que acaba, 


pla que ejésvitos de 


nar 


esa aptitud y Por qué privar 4 la. 


tamente Superior. sociedad! de los beneficios de Su ae- 


tuación? Claro está que no. El en- 
terio biológico no puede poner obS- 
táculos, Sino todo lo contrario, á la 
actuación Social de esas - mujeres, 


r los puestos de ¡actuación que dada su psicología, Se- 


han conquistado | yá completamente normal, Lo que sí 


| jaureola que con- | haremos constár es, 


leudor “eútre 
cometida por 


tiempos de paz. 


a ar que ni en loS 
las casas de los enfer- 
nos á las médi- 
pen ni los que 
bajamos p 
, indir 
ción de las es 
Stendhal decia 
¡testro de las virtude 
la. habitación e 
continuación, : 
dos «pero Si. 


, insustituíble actua- 


A , 
dar conparión 4 nuestras mujeres?» 
eniender con ello el gran es- 
critor que, teórcimente ál menos, el 


Son tantas Jas calamida 
cas de la humanidad; que dan 


des 


* Trauijeres, Éntre las profesionales. y 142 


1 : SS 15 pr 
¡religiosaS; 


Ss, podrídmos 


ne esas mujo- 
ros, como antes sosteníamos, son bio- 
lósicamente excepcionales, escapan á 
la ley normal de su Sexo. “Nosotros 
aceptamos, pues, sin modificar una 


¡línea esta conclusión de Weininge:. 


«Libre acceso á todas las profesio- 


¡nes y ocmpaciones para aquellas mu- 


jeres que, en relación con. Sus nece- 
sidades psíquicas y ¡en conformidad 


¿con $u contextura 'Somática, se Sien- 


|| preeminente.. Ags 


ja que redoble la | 
edades para] 


1 
1 


tan inclinadas al trabajo masculino, 
puesto que en estas mujeres Se acu- 
San: vigorosoS trazo3 de masenlinis- 
mo. ¡Pero no Se pretenda incluir en 
ese movimiento % todas todas las mn- 
res!» ; a Elis 
Insistamos, por lo tanto, una vez! 
más, en el carácter Sexualmente 
normal de estas mujeres que saltan | 


al campo de lo actividad masculina | 


y en él logran conquistar un lugar | 


'oras, - pensado- 


| ras, artistas inventoras; en todas! 
100 


1 
l 
/ 
7 


j 


/ 
1 


distinción por cierto un ll 


as quo han dejado un nombre uo | 


en la historia Se pueden descu- | fi 
brir los rastros! del saxo mu*culino, | [Hi 
'odormecido en las, mujeres  nOTiMA- | 
lea y que en ellas Se olza com anor-]| 


mel pujanza. Por mo traspasar Ja] 


1” UN 
pd 





ya excesiva longitud dé esta con- 


feramcia no.09 preSentio las pruebas. 
la hetoroSexualidad de muchas] 
dustres de otros tiempos y. 


ide 
mujeres 
¡también de los nuestro”, Pero Si de- 
bo decir* tae . ts debe- 
¡mo A ; 
79, 


cono. un endmeno Peas 


¡ra explicárt 


que todos, hombres . y aujere?, ho: 


se sido; a. bi: al 


| De dd Poe ON E der 4d 
el sexo de cada uno de- mosotros 


hacia el lado. masculino 0. ae acia el 


femenino, depende de una 
cansóa, tal. vez de un accid ate dor- 
tuito. Y al fin, cuando Se « 

prolla. el sexo de cada 
lempre qúeda 0 latentes, ont UI 


lo, rudimentos de los cara: 

sexo contrario. Ss. Qecir, 9 

hombres levah en 25007 
géxmenes cmortiguados de 


a ros Eod “potenciales. cs 
adormecidos en Sus entrañas, E 

Es decir, que la diforenciació 
los. dos sezoS no es tan absoluta, 


profunda como Se eres. No es uno | 
cuestión de calidades ena: | 


distinta, sino Sólo de e: nidades, - 


proporción entre. dos elementos 50 


existen en uno y. otro. Sexo. Ahora 
| no nos extrañiaremos de que haya 
| rouchos séres econ el Sexo no bien de. 
¡inido, Sobre todo en la mujer, por 
ser, sin duda, como producto bin- 
plógico, ¿menos «terminado, de más 
vagos caracteres que el varón. Y 
compren deromos claramente por qué 
esas mujeres, que ban Sido forma- 
¡das con un tanto par diento exage- 
rado del 


tado para el bombre. ¡Cuán ilenas, 


Por lo “tanto, de profundo sentido 


biológico, estas palabras de We 
ger: «Cuando una mujer q 
¿emaneiparse, no es- ella, Sino 


e 
¿hcmbro que hay en ella el ies 
e , : 


emanciparse»! 
Weininger, divecendó ya un poco 
a rr te, habla de un esexo in- 
Y n el que incluye á estas 


A, 


su. lidad. Pa- | 
oslo*k Lemos. de recordar: 


do toda la vida en uuestro e! | dejarse crecer el pelc ú 


3 | con. AE Li 


varón | | 


| Y 
[en DEA con deta r 


factór masculino, acuden 


instintivamente al campo Social aeo- 
110 biciógico, El biólos 


mujeres emantipadas, 
¡las artistas. Y ad esth LA 


precisamente entro los hombres ar- | 


vistas. se dam también, con mayor 


| frecuencia. que en _otras setividades.. 
en OS cae . caraciere 


dencia aca A 


2 tomocer. á 5 Á 


: por — menos Sin citarle) de] 


ima: el artista, 


tivamente, _desde anti; 
la propensión. que tiene o el 


ala! so; a el el 

ación, ed 4 eos ta, de 

So 

sel. od o es ) Y Surna, 
SER 107 de A 


gra sales a... E te 
el vigor creador 
unido const an 

mo recio dE 


cl lidad se aces | 
rente in- 


molen , esos espiritus, xu 
“tan del uno 


te TO: ed 10 Di e 


¿debía Pres 
1035 tablacdo del 


de 9% Spec p5SS 


sjonal 6 apeial del 


de de far sus ia 

que come > otros d 

«ves de las o a : 

arídico y el político. EA 

- Respecto á 1gs aSpiracion se Jurtdi 
cas de la mujer, sólo espíritus atrió- 


inutilidad y la indelicadeza de 


de Sean iguales las leyes para ambos | | 
O 


xo*, que esto sólo Justificaría 


peorianto: 
pres a ar. 


| un . «tercer Sexo», al que pertenecen y 

los artistas. He aquí sus palabras: | 
| «Y si iu vestigamos hácia cuál de los | 
| FotroR Soros se am | 
|| veremos que hacia el femenino. Efeo» ! 
197 no. Se obServa 
el artista é, 


WS p yr beibrald] | 


| 


| 
| 


| Diarios pueden regateario sq Simpasj 
«tn, Es tan eporme la injusticia, la | 





mayore$ 'apasionamientos de las rel 
vundicaciones feministas. ¿Cómo ha 
podido el hombre ser tan injusto con 
Es: Sezo que le dió al sér y al que. 
| anesnes, Se complace en llamar «dé- 
| bil* ¿Qué varón podría no ser ca- 
| paz de no Suscribir estas venerosas 
palabras de Gunlitt?: «No quere- 
mos que la mujer goce lMnicamente 
de los mismos derechos del hombro, 
pue? esto sería "una injusticia para 
ella; reivindicamos para el sexo fe- 
menino derechos especiales, inase- 













para aplaudi 
¡gún día sej 
das las disp legislativas que 
oridad de la mu- 


€ A A A 
pun 


¿2bora Sólo Se aplicaban al hombre 

Todas 1aS leyes que se promulguen 
en adelante deben referirse escueta- 
mente al sér humano, sin distinción 
AREA E E A 
CY, el voto de la mujer? El voto 
de la; mujer—y con * estio ermina- 
mos--Sólo indirectamente noS . inte- 
vesa,. y j 








“ción. Creemos indudable que los Fa 


¡te en las qué por su número influ-' 


largamente en el hombre español de | 
muchas clases Sociales,  preciSamen- | 


yen más en el resultado. de los Su-. 
fragios. Pero en la mujer de ciertos 
países se da, además, la circuns- 
tancia de la dependencia Sexual, la 
sumisión al Sexo contrario; SumiSión 
mantenida por la fuerza en el am- 
biente matonil de nuestro pueblo, | 
producto desenerado del hondr caba- | 
lleresca «de' núestro Siglo de ¡oro y 
tan vituperablo, aunque más elegan- | 
te que el matonismo de ahora: 2umi- 
sión mantenida ¡por Ya imeaternidad 
resignada y Pasiva que antes hemoS 
comentado; por toda la tramoya de 
las convemencias sociales; por todo 
el ambiente seniimental y literario 
de nuestra raza, que tiene arraigado 
en Su propia medula este concepto 
violento y Pasional del amor. Y en 
estas condiciones, el vota de la mu- 
mer no puede representar una fuer- 
Za imparcial que purifique el sufra- 
cio—coma nuestras feministas pre- 
tenden—Sino un simplo refuerzo nu- 
merario de la misma actitud de los 
hombres ante las urnas, Aun en paí- 

ya tan distantes psicológicamen- 
fa del nuestro como Inglaterra, Bar- 
tbelemy, estudiando el resultado de 
la reforma, recientemente implantada 
llega 4 esta conclusión : «la regla es 
que la mujer vote como Su marido. » 
«En cambio, cn los países escandi- 
ravos no Sólo ol voto da la mujer, 
sino el acceso de ésta á los cangos de 
la administración pública Se ha lo- | 
grado y So practiva: casi automática- | 
mente. Y es porque en estos palses— | 
Suecia, Norueza, Dinamarca, Fin- | 
landia—la- mujer, frente al amor y 
frente al hombre, obra con perfecta 
independencia, con el Sentimiento so- 
juzgado por la razón. Considerando— 








Y 





| 


| 






uno de los Areeursores de la emanci- 
pación política de 17 mujer, en s 
dramuy «Uasa do muñecas», que re- ¡ 


| 


u;j 


' ¡En este punto, es pueril hablar de dice el citado Barthelemy—la litera- 
"memoria, Íque el yoto femenino¡ tura de un pueblo como la expre- 
está ya e 50 en más de un sión Superior del su mentalidad, lo 
e es del mundo, en algunos ha- ( que choca en la literatura: escandina- 
ce ya bastantes años (en Nueva Ze- | 'va esla preocupación de hacer la 
landa — ¡quién lo dijera! — desde | ¡teoría del amor. En este sentido fué 
1893); y no se comprende cómo fe- | |el gran dramaénigo Enrique Ibsen | 


tonvenientes del voto femenino no! 


1 
y 


tán, como.se dice, en la incultura |' 
da en la fácil Sugestionabilidad de| 
la mujer, pues amba$ circunstancias, | 
wás la venalidad interesada, existen | 


AE e A Po A O o MIO 





coge el ero de Sus preocupaciones en 
esta orden de ideas. Ahora, bien, ' 
comparemios nosotros la teoría del 
amor y ls posición de la; mujer fren- 
te al hombre en «Casa de muñecas» 








con el mismo problema visto.en nues- 
tra dramaturgia, hecha á base de rap. 
tos, adulterioS y. vielencias, A loS que 
duden del abismo que Separa á nues- 
tra mujer de e «Nora» noruega, les 
diré que yo he visto representar el | 
drama de Ibsen en tres grandes ca- 
pitales de España, y en laS tres, el || 
público, del a formaban Parto 
gran número de mujeres. muy istin- 
guidas y enltas, ha acogido con ri- 
Sas y protestas, Ó por lo menos con 
indiferencia, das escenas del último | 
¡acto, en que la protagonista, pe 
vamente, Sofoca á Su corazón y á 
Sexo y levanta el vuelo del Loria 
Esto no conmoverá- jamás, 4 pesar 
de su belleza hteraria, el corazón de 
huestras mujeres. ¡No juzgo que esté | 
bien ni mal. Pero es—y perdonad si ' | 
os ¡parece incongruente. la conciu- 
sión—indicio de una mala aptitud 
Par" ir com independencia á las ur. 
nas. 
Por lo demás, entre nosotros 
| 





sigue repitiendo el tópico de que al 
acudir la mujer al sufragio se puri- 
ficarín 6ate. 'ASí lo: declaraba hace 
poco, en la Academia de Jurispra- 
dencia, doña María, Espinosa, que os- 
tenta la máxima representación -ofi- 
cial de nuestras feminiStas. Teórica- 
mente no estaría bien acudir 4 la Iu- 
cha contra las prejuicios que cole- 
tecan á la mujer en Situación de inte- 
rioridad, esgrimiendo otro Prejui- 
c10, cual ez el «de la SupueSta inpe- 
gridad política del sexo femenino 

Y en (efecto, llas notícias de los 
países en que el voto femenino es yn 
nn hecho, así. nos lla demuestrah. | 
Por ejemplo, en las elecciones de los ¿ 
Estados de América del Norte en que 
votan las mugeros, se han reg ele 
de entra otras los hechos pasantes | 
que recogemos de diversos informes 

femitidos por publicistas de todos los 
bandos: 

«No está en modo alguno  demoS- 
trado. que la entrada de las mujeres 
en la política haya dado lugar 4 la 
menor purificación de las costumbres 
electoraleS». «Un Comité. del Congre- 
so ha hecho und información de la 
que resulta que alounos de las fran- 





bía Pi cometido por mujeres». 

¡«Se ha comprobado un Número gran- 
¡de de mujeres que han tomado: di- 
nero en laS elecciones». «Se comprue- 





odas AS 


4 nación de llos Estad 08, 
¿ba que algunas , mujeres tienen uña | apenas 





¡ras de electores». Y AS podríamos 
Pa copiando. Barthelemy (y 
Ma á citarle por Ser un paladín 
del feminismo) termina uno de los 
capítulos de su libro con las siguien- 
tos palabras: «Es, pues, indudable. 
que las mujeres. no Pes desde el pun-' 


y 





to de vista que los 
hombres; tal vez 0CO mejores». 
En boca de un nd el elogio 
¡no es ciertamente excesivo. 

- Mucho se habla. también de que el 





voto de la mujer en /'ACTece- 
ría el vigor de los partidos reaccio- 
narios, En efecto, uno de los rasgos 
psicológicos del: espíritu femenino es 
£u tendencia conservadora, su pre- 
vención ante las actitudes innovado- 
ras. Rasgo legítimamente derivado 
de la índole, también conservadora, 
del metabolismo femenino, explicado 
al principio de esta conferencia. En- 
tre noSotros, la única irrupción del 
sexo femenino, como tal coleciiyl- 
dad, en la “política ha" sido, en efec- 
to, en sentido derechista: me refiero 
á la proteSta de las “Iujeres españo- 
las cuando ciertos intentos de legis- 
lación anticlerical en tiempos de Ca- 
nalejas. En la misma Inglaterra - se 
ha dado el caso significativo de que 
en. la discusión de la ley del sufra- 
gio femenino, en la Cámara de los 
Lores, que, en gene éra hostil á 
la reforma, entre los que: votaron 4. 
favor figuran dos- ar obispos y  to- 
dos loS obispos, amente lo ha-. 
rían con su cuenta. y ra 1. Sin em- 
bargo, la lectura ' de dos. resultados: 
de la intervención de la. mujer en el! 
sufragio, según los ' datos de diver- 
Sos países que tenemos á la vista; 
dejan el ánimo perplejo. - A veces, | 
como en flas elecciones. municipales 
de Nueva York de 1918, se achaca 4 
la mujer el fracaso delos socialistas; a 
á veces, como en 1913, en Copenha- 
gue, Se achaca al voto femenino el 
triunfo de estos candidatos de la iz- E 





quierda. Y es que, en el fondo, qcu- 
rre lo que antes indjeábamos: que 
la política sigue las fuctuaciónes que 
le marcan llos; s y la interven- 
ción de la mujer | a las mo- 
¡ein luego: 


tetra opinión es, por to A 






Que al Jograr su icipación en el 
E particip 


sio y aun su ingreso en la exd- 
ministración pública y en la glober- | 
las mujeres| 
án la ruta actual de las 


especial reputación como corruptio-. coñas, En e terreno es pe bioló- |' 


ls 


— >»i W pi bd pl 











7 DS iia HA A A A 
EE que el homBES ao y pese Se 013 E $ rl Po nIDER E 7 ¿) 
todo, se impondrá siempre. Pero ndo | Que en lo rta 4 las nde 
debe olvidar el bello sexo que aun- caciones jurídicas y políticas de la. 

- aspiraciones políticas. del | 'mujer, el criterio biológico tiene que, 
pre queda- | “Ser forzosamente feminista, aun ve 
legítimo de| «on algunos reparos, respecto ú-“a 
so Sexual, con oportunidad de aplicación de las; re- 
D 1 mundo, pe-"! formas de orden político. | NE) 
es que le dirigen. Y por fin, que al insistir en el pro- 
erda oportunamen- “blema de la diferenciación de 108 
e orcolts: el | 












rol anodo de pensar, cres a cresirios ne 






ra si Ampre 


antiguas discusiones de: la est 


“n houabrro tipo Sea lo mismo que 
' ana Lajer pero tamb: 
“jer Sea inferior al hombre 6 viceva 














E ue sólo en 





esta diferenciación sexual es borro- 
Sa, pueden. legítimamente converger | huente de Su vida! 
a mismo plano de actividad la mu- | Ho dicho. Pei: 


Cy Uca 





j 
| 
| 














Ss «sumerioridad de. uno de ellos Sobre | 
as ¡el otro. Con palabras de un gran] 
S | acne Ea pmbrmnorán o, pol odemo! | 

¡decir: «A nadie Se ley ocurrirá que | 


o que l: la Inu- 4 


sa. Es absurdo discutir el valor dé | 
los dos Sexos, Ambos existen, son in- | 
dispeusables, y. dependientes el uno] 

no y | del otro. Su: justificación está en que] 
os casos—mucho más | Se completan. Es una dicha que to- | 


frecuentes de lo que Se éree—en que do hombre nazca de una Iujer. Pues! 
¡quién se atreverá á. despreciar: la]